Centros escolares y drogas: respuestas sanitarias y sociales

Introducción

Esta miniguía forma parte de un conjunto más amplio que, combinado, constituye las Respuestas sanitarias y sociales a los problemas relacionados con las drogas: una guía europea. Ofrece una visión general de lo que se debe tener en cuenta a la hora de planificar o proporcionar respuestas sanitarias y sociales a problemas relacionados con las drogas en centros escolares, y examina las intervenciones disponibles y su eficacia. También tiene en cuenta las implicaciones para las prácticas y las políticas.

Última actualización: 21 de abril de 2022.

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Índice:

Resumen

Cuestiones clave

La adolescencia y primeros años de la edad adulta son etapas de la vida que a menudo se asocian a la asunción de riesgos y la experimentación, lo cual puede incluir el consumo de sustancias. Los centros escolares y las universidades son entornos importantes desde los que se puede llegar a los jóvenes, aunque es posible que algunos grupos vulnerables no estén bien representados en ellos.

En los centros escolares, las intervenciones relacionadas con las drogas se centran principalmente en prevenir o retrasar el inicio del consumo de sustancias, así como en desarrollar capacidades para apoyar la toma de decisiones y la socialización saludables.

Los centros escolares también pueden proporcionar un entorno importante para la identificación temprana de las personas en riesgo, incluidos los jóvenes con rasgos de personalidad vulnerables y los que no asisten a la escuela, los cuales pueden beneficiarse de intervenciones específicas que reduzcan la probabilidad de que se produzca una escalada en trastornos por consumo de sustancias. En el caso de los alumnos de edad avanzada y los estudiantes universitarios, el consumo controlado y la reducción del consumo son los objetivos clave de las intervenciones.

Pruebas y respuestas

El consumo de drogas entre las poblaciones escolares generalmente es bajo y puede formar parte de un patrón más amplio de problemas conductuales y asunción de riesgos. Por lo tanto, las intervenciones deben abordar los factores determinantes más amplios del comportamiento arriesgado e impulsivo, en lugar del consumo de sustancias de forma aislada.

La mayoría de las intervenciones de prevención en los centros escolares tiene como objetivo llegar a todo el alumnado y el personal. Las intervenciones respaldadas por pruebas actuales incluyen:

  • programas de prevención universales que se centran en el desarrollo de competencias sociales, capacidades de rechazo y capacidades sanas de toma de decisiones;
  • las políticas escolares en torno al consumo de sustancias;
  • intervenciones orientadas a desarrollar un entorno educativo protector y acogedor que fomente el aprendizaje y en el que se establezcan unas normas claras sobre el consumo de sustancias.

Otros enfoques que pueden ser beneficiosos son los eventos o intervenciones en los que participan los progenitores y el uso de enfoques entre pares.

Perspectiva europea

La gama de intervenciones en centros escolares para prevenir el consumo de sustancias que se llevan a cabo en los países europeos varía tanto en términos de pruebas justificativas como de nivel de prestación. Entre las intervenciones con pruebas de eficacia, en la mayoría de los países se aplican prohibiciones de fumar y políticas escolares en torno al consumo de sustancias. Sin embargo, también se ha informado ampliamente de intervenciones de carácter exclusivamente informativo que no se han revelado eficaces para reducir el consumo de drogas.

Cuestiones clave relacionadas con el consumo de drogas y los centros escolares

La adolescencia y primeros años de la edad adulta son periodos de la vida que a menudo se asocian a la asunción de riesgos y la experimentación, incluido el consumo de sustancias. En este contexto, las escuelas y los centros de enseñanza superior son entornos importantes para llegar a la población general de jóvenes. También pueden ofrecer oportunidades para identificar y relacionarse con personas en situación de riesgo, como jóvenes con rasgos de personalidad vulnerables (como un escaso control de los impulsos) y que no asisten a la escuela, los cuales corren un mayor riesgo de desarrollar formas problemáticas de consumo de sustancias.

En los centros escolares, la atención se enfocará principalmente en prevenir o retrasar el inicio del consumo de sustancias, así como en desarrollar las capacidades personales y sociales de los jóvenes para apoyar la socialización saludable y la toma de decisiones de manera más general. En el caso de los alumnos mayores y los estudiantes universitarios, el consumo controlado y la disminución del consumo son objetivos importantes de las intervenciones en un momento en que los jóvenes están adquiriendo mayor independencia, es probable que asistan a más fiestas y puedan percibir que el aumento del consumo de alcohol es la norma.

Pruebas y respuestas a cuestiones relacionadas con las drogas y centros escolares

El consumo de drogas en las poblaciones escolares generalmente es bajo y puede formar parte de un patrón más amplio de problemas conductuales y asunción de riesgos. Por lo tanto, las medidas adoptadas deben abordar los factores determinantes de estas conductas generales, en lugar del consumo de drogas de forma aislada. Del mismo modo, es más probable que los sistemas educativos apoyen los programas, las políticas y las intervenciones de prevención si, además de reducir el consumo de sustancias, reducen los niveles de violencia e intimidación, aumentan el aprendizaje y los logros académicos y crean un mejor clima escolar.

La prevención del consumo de sustancias se suele efectuar en los centros escolares, ya que ofrecen un acceso único a los jóvenes durante una fase de desarrollo fundamental. Las intervenciones de prevención suelen tener por objeto influir en todo el personal y alumnado. Estas iniciativas pueden incluir programas universales de prevención basados en datos contrastados que se centren en el desarrollo de competencias sociales y capacidades de rechazo, así como en capacidades sanas de toma de decisiones, así como en la corrección de las percepciones erróneas y normativas sobre el consumo de drogas. Un ejemplo en este ámbito es Unplugged (Desenchufado), un programa que ha sido evaluado positivamente en varios países europeos y que se centra en el desarrollo de habilidades para la vida y la corrección de creencias normativas.

Es importante garantizar la aplicación de políticas escolares para apoyar los programas de consumo de sustancias. Existen programas basados en datos contrastados que no abordan explícitamente el consumo de sustancias, sino que se centran en la competencia social y el desarrollo conductual, y se ha demostrado que estos programas tienen efectos positivos en el control de los impulsos, así como en el clima escolar y de aprendizaje, con posibles efectos a largo plazo en el consumo de sustancias y la salud mental. Estas iniciativas pueden ser especialmente adecuadas en las escuelas primarias. Un ejemplo de este tipo de programa es el Good Behaviour Game (Juego de buena conducta).

Existen algunas pruebas de que las intervenciones educativas integradas en el ámbito académico y sanitario, destinadas a desarrollar un clima escolar positivo que propicie el aprendizaje y el establecimiento de normas claras sobre el consumo de sustancias, pueden tener un impacto positivo. Del mismo modo, las intervenciones basadas en la familia y varios componentes, que combinan actividades para desarrollar estrategias parentales con educación sanitaria y desarrollo conductual, también pueden reducir el consumo de sustancias entre los jóvenes.

Otros enfoques, para los que las pruebas son menos concluyentes, incluyen la oferta de actividades extracurriculares y creativas para los alumnos. Aunque existen indicios que sugieren que las intervenciones breves realizadas en los centros escolares pueden tener un impacto pequeño, pero positivo, en la reducción del consumo de alcohol, sigue sin quedar claro si tienen un efecto significativo en el consumo de cannabis. Tampoco existen pruebas suficientes para evaluar si las intervenciones dirigidas por pares pueden reducir el consumo de cannabis entre los jóvenes.

En las universidades, donde el consumo excesivo de alcohol y de drogas puede considerarse normal o parte importante de la experiencia estudiantil, el enfoque de la prevención tiende a centrarse en cuestionar estas normas. Estos métodos se utilizan con bastante frecuencia en Estados Unidos y se ha demostrado que tienen algún impacto en los comportamientos de consumo de alcohol nocivos, aunque los efectos tienden a ser pequeños. Las intervenciones basadas en normas sociales se sustentan en la premisa de que las percepciones incorrectas de las altas tasas de consumo de sustancias entre sus pares están relacionadas con un aumento del consumo personal.

En algunas jurisdicciones, los análisis de drogas pueden realizarse en centros escolares. Se parte de la base de que los análisis de drogas tienen un efecto disuasorio en el consumo de sustancias. Sin embargo, no existen pruebas que respalden esta afirmación y la práctica sigue siendo controvertida y poco común en Europa. Los críticos señalan que los análisis de drogas en los centros escolares suponen una invasión de la privacidad de los estudiantes, comunican una falta de confianza por parte del centro educativo y pueden provocar un aumento de los riesgos asociados al consumo de sustancias. Tampoco existen buenas prácticas establecidas para indicar los procedimientos que son más eficaces en el seguimiento y el apoyo a los estudiantes que dan positivo. Por lo tanto, actualmente no se trata de una intervención que se recomiende.

Visión general de las pruebas sobre … intervenciones en centros educativos

Declaración Pruebas
Efecto Calidad
Los programas escolares basados en la competencia social o en una combinación de competencia social y enfoques que influyen en la sociedad tienen un pequeño efecto protector en la prevención del consumo de sustancias. Beneficioso Moderada
Las intervenciones educativas integradas en el ámbito académico y de la salud pueden producir reducciones muy pequeñas en el consumo de sustancias. Beneficioso Baja
Las intervenciones basadas en la familia y varios componentes pueden reducir el consumo de drogas en los jóvenes. Beneficioso Baja
Las intervenciones breves realizadas en los centros escolares pueden tener un beneficio muy pequeño en la reducción del consumo de alcohol. Beneficioso Baja
No existen pruebas suficientes para confirmar que las intervenciones dirigidas por pares puedan reducir el consumo de cannabis entre los jóvenes. Poco claro Muy baja
Las intervenciones breves realizadas en los centros escolares no tienen un efecto significativo en el consumo de cannabis. Poco claro Moderada

Clave del efecto de las pruebas:
Beneficioso: Pruebas de la existencia de beneficios en la dirección deseada. Poco claro: No queda claro si la intervención produce el beneficio deseado. Posibles daños: Pruebas de posibles daños o pruebas de que la intervención tiene el efecto contrario al previsto (por ejemplo, aumenta el consumo de drogas, en vez de disminuirse).

Clave para la calidad de las pruebas:
Alta: Podemos tener un alto nivel de confianza en las pruebas disponibles. Moderada: Tenemos una confianza razonable en las pruebas disponibles. Baja: Tenemos una confianza limitada en las pruebas disponibles. Muy baja: Los datos disponibles son insuficientes en la actualidad y, por tanto, existe una incertidumbre considerable sobre si la intervención producirá el resultado deseado.

Perspectiva europea: disponibilidad de intervenciones que responden a cuestiones relacionadas con las con las drogas y centros escolares

La gama de intervenciones en centros escolares para prevenir el consumo de sustancias que se llevan a cabo en los países europeos varía tanto en términos de pruebas justificativas como de nivel de prestación. De las medidas con buenas pruebas fehacientes, la evaluación de los expertos de los niveles de prestación notificados para los diferentes tipos de intervención en cada país indica que las prohibiciones de fumar en los centros escolares se aplican plenamente en la mayoría de los países. Las políticas escolares en torno al consumo de sustancias se establecen a un nivel completo o amplio en la mayoría de los países de Europa, mientras que las intervenciones destinadas a desarrollar capacidades personales y sociales están menos extendidas.

Un número considerable de países notifican una prestación completa o amplia de intervenciones cuyos datos no quedan claros. En torno a dos tercios de los encuestados informan sobre este nivel de prestación de servicios relativos a programas exclusivamente informativos y un tercio lo comunica en lo relativo a las visitas de agentes de los cuerpos y fuerzas de seguridad. Cabe destacar que la naturaleza exacta de lo que se aporta en cada categoría de intervención puede variar mucho entre los países. Aunque son poco frecuentes, en algunos países europeos se llevan a cabo análisis de drogas.

Con respecto a otros tipos de programas para los que existen algunas pruebas, los programas entre pares suelen ser poco frecuentes. Con mayor frecuencia se encuentran actividades y eventos extracurriculares creativos para los padres, y la mayoría de los países informan de algún nivel de prestación.

En algunos centros escolares se realizan intervenciones de detección temprana, a menudo basadas en la prestación de asesoramiento a jóvenes que consumen sustancias o que se considera que corren un alto riesgo de hacerlo. Un ejemplo es el programa canadiense Preventure (Prevenir), que ha sido evaluado positivamente y adaptado para su uso en República Checa y los Países Bajos.

Las intervenciones basadas en normas sociales se sustentan en la premisa de que las percepciones incorrectas de las altas tasas de consumo de sustancias entre sus pares están relacionadas con un aumento del consumo personal. Un proyecto de investigación internacional (SNIPE, Social norms intervention for the intervention of polydrug use) investigó si este era el caso en siete países europeos. El estudio reveló que existían tales percepciones erróneas en términos de consumo con respecto al consumo de una serie de drogas (cannabis, cocaína, éxtasis, anfetaminas, alucinógenos, cannabinoides sintéticos e inhalantes), así como estimulantes sujetos a prescripción médica (por ejemplo, Ritalin se utiliza porque se cree que mejora el rendimiento académico). En Europa se están desarrollando y probando programas basados en normas, incluida una intervención basada en la web (INSISTAN) que, tras el éxito de un ensayo, empieza ahora a desplegarse en Alemania. Sin embargo, en la actualidad no se dispone de información sobre el alcance de las intervenciones relacionadas con las drogas en los colegios.

Implicaciones para las prácticas y las políticas

Elementos básicos

  • La adolescencia y primeros años de la edad adulta son etapas de la vida asociadas a la asunción de riesgos y la experimentación, lo cual pueden incluir el consumo de sustancias. Los centros escolares desempeñan un papel fundamental a la hora de identificar a las personas en situación de riesgo para las intervenciones específicas.
  • Los sistemas educativos deben garantizar que los centros escolares y los centros de enseñanza superior ofrecen programas de prevención basados en datos contrastados y aplican políticas adecuadas para abordar el consumo de sustancias. Estos deben tener como objetivo no solo reducir el consumo de sustancias, sino también disminuir las incidencias de violencia e intimidación, mejorar el aprendizaje, promover un mayor rendimiento académico y crear un mejor clima escolar, resultados que tienen un interés intrínseco para el sector educativo.
  • Las estrategias de prevención para las que no existen pruebas sobre los beneficios suelen ser populares entre los responsables de la formulación de políticas, las administraciones escolares y los progenitores, pero se ha demostrado que un número creciente de intervenciones funcionan y que deben priorizarse.

Oportunidades

  • Los centros escolares son puntos de acceso importantes a la población adolescente y sus progenitores.
  • El establecimiento de sistemas que animen o exijan a los centros de enseñanza superior que realicen intervenciones respaldadas por pruebas, en lugar de utilizar enfoques ineficaces, y presenten el apoyo necesario para estos servicios, implicaría un uso más eficiente de los recursos.

Lagunas

  • Las pruebas de programas eficaces en los colegios son muy limitadas, pero se trata de una etapa de la vida de los jóvenes que se asocia a un alto riesgo de consumo de drogas y, por tanto, se necesitan programas adecuados para dicho ámbito.

Otros recursos

EMCDDA

Otras fuentes

Acerca de esta miniguía

Esta miniguía ofrece una visión general de lo que se debe tener en cuenta a la hora de planificar o proporcionar respuestas sanitarias y sociales a problemas relacionados con las drogas en centros escolares, y examina las intervenciones disponibles y su eficacia. También tiene en cuenta las implicaciones para las prácticas y las políticas. Esta miniguía forma parte de un conjunto más amplio que, combinado, constituye las Respuestas sanitarias y sociales a los problemas relacionados con las drogas: Una guía europea 2021.

Cita recomendada: Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (2022), Centros escolares y drogas: respuestas sanitarias y sociales, https://www.emcdda.europa.eu/publications/mini-guides/schools-and-drugs….

Información identificativa

HTML: TD-07-22-079-ES-Q
ISBN: 978-92-9497-707-6
DOI: 10.2810/69079

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